El son es el cimiento de la música cubana.
Intérpretes de Son Cubano.
Grupos – Orquestas de Son Cubano.
El son es lo más sublime para el alma divertir.
El son cubano es un género musical cantado y bailado, con una rica historia y una profunda influencia en la música de Latinoamérica y del mundo. Su fusión de culturas y su ritmo contagioso lo convierten en un género distintivo y apreciado. Es género musical y baile originario de Cuba, resultado de la convergencia de la cultura europea y africana influyente en toda la cultura nacional donde las tradiciones, costumbres y creencias religiosas coadyuvaron a forjar tras una larga lucha la identidad nacional. Se considera uno de los géneros más influyentes en la música latinoamericana, con derivaciones y fusiones como la salsa o la timba cubana.
Particularmente la música inicia con un proceso de criollización como consecuencia del mestizaje inherente a su surgimiento hasta cuajar en una música auténticamente cubana. Los primeros gérmenes aparecen en el siglo XVIII de este llamado criollismo musical y para la segunda mitad del siglo XIX surgen dos géneros que van a incidir en el desarrollo ulterior del son: la contradanza y el danzón. Así el son se convierte en canto acompañado de percusión (esta estaba confinada a barracones y cuarterías) revelando sus maravillosos recursos expresivos para alcanzar categoría universal.

El son se originó en la región oriental de Cuba (Santiago de Cuba, Manzanillo, Guantánamo o Baracoa) y se extendió por toda la isla. Al principio, fue considerado por algunas clases altas como un género de clase baja pero con el tiempo ganó popularidad, especialmente con la llegada de la radio y la difusión comercial.
La manera de cantar el son tiene influencia del cantar de los negros africanos (la estructura solista-coro es de antecedente africano), de las danzas de la tumba francesa. Se caracteriza por su ritmo y cadencia que invita al baile. Se baila en pareja, enlazada, que se caracteriza por tres pasos seguidos de una pausa. Del son bailado se deriva hacia la Rueda de Casino que surgió en Cuba a finales de la década de 1950, en el reparto Casino Deportivo en La Habana, y que está influenciada por diversos géneros musicales y bailes como el son, el chachachá, el mambo, o la rumba.

Este baile es un fenómeno social y cultural auténticamente cubano que se practica en fiestas populares y en academias de baile. Podría decirse que para un cubano no bailar casino es como carecer de una parte del cuerpo porque el casino es social, es demostración de dominio de otros géneros y danzas, el casino enamora, el casino define el temperamento del cubano. Por eso aunque todos los cubanos no son expertos es casinear, si que a todos nos mueve el cuerpo cuando suena el son o la timba y aunque no domine los pasos a la perfección, el cubano baila, se divierte y se contonea con esa sensualidad (también denostada por muchos ignorantes de la cultura cubana) con sabor a Mar Caribe que tenemos.
Los instrumentos del son, con las variantes que suelen suceder en los formatos de la música popular bailable son la guitarra, el tres, la botija o la botijuela, la marímbula, el contrabajo, el bongó, la trompeta, la tumbadora (a partir de 1940). A partir de 1950 también integra instrumentos de las bandas de jazz y algunos otros formatos instrumentales. Son variantes del son: el son-montuno, el changüí, el sucu-sucu, la guaracha, la guajira-son, el bolero-son o el pregón-son, aunque verdaderamente todos los géneros musicales cubanos se retroalimentan unos a otros y así se encuentra, por ejemplo, el jazz afrocubano que integra elementos del son, de la rumba y de otros géneros también cubanos.

Es difícil hacer un listado de las figuras influyentes del son, entre otras cosas porque hay miles de músicos anónimos que han hecho aportes fundamentales al género. Aún así son figuras y orquestas populares Siro Rodríguez, Rafael Cueto y Miguel Matamoros que integrarían el Trío Matamoros, Arsenio Rodríguez, Ignacio Piñeiro, Bienvenido Julián Gutiérrez, Benny Moré, Miguelito Cuní, el Conjunto Casino, la Sonora Matancera, Chappottín y sus Estrellas, el Conjunto Rumbavana, la Orquesta Aragón, la Orquesta Sensación, la Orquesta de Chico O´Farrill, la Orquesta Havana Casino de Don Justo Azpiazu, las jazz band Casino de la Playa, Hermanos Castro, la de Ernesto Duarte o la Riverside, más recientemente la Orquesta Los Van Van, la Orquesta de Elio Revé (padre), la Ritmo Oriental, el Grupo Irakere, Son 14 de Adalberto Álvarez, NG la Banda y muchos más.
Las composiciones Lágrimas negras, Son de la Loma, Suavecito, Échale salsita, El cuarto de Tula, Qué bueno baila usted, La Guarapachanga o el Chan Chan son piezas emblemáticas de nuestro son que mantienen su extraordinaria vigencia y preferencia en el gusto popular y atesoran el arsenal poético y sonoro de varias generaciones.

El 8 de mayo se celebra en Cuba el Día del Son Cubano. Al respecto de la fecha diría Adalberto Álvarez, luchador incansable para que Cuba celebrara este día: Nos dimos a la difícil tarea de buscar una fecha, en un país en el que hay tantos soneros importantes. Felizmente, la coincidencia del natalicio de dos grandes, el indiscutible sonero Miguelito Cuní que nació en Pinar del Río y Miguel Matamoros, nacido en Santiago de Cuba y que realmente no necesita presentación, permitió que se vieran representados en una fecha todos los soneros de la isla. Porque esta fecha emblemática es un homenaje a todos los soneros de Cuba y lo que se quiere es que cada año se resalte la figura de un músico diferente.
El son es de tal importancia para la cultura del mundo que las discusiones en torno a su origen, desarrollo y evolución no concluyen. Una de las más importantes y recientes es el debate en torno a si la salsa es un género musical o no, si es una derivación del son cubano, si es o no una creación puertorriqueña. Debate aparte, lo cierto es que el son fue creado en Cuba, una pequeña isla del Caribe, y ha trascendido fronteras hasta convertirse en lenguaje musical universal.
La trascendencia del son se convierte por igual en su principal enemigo. Cuantos músicos, soneros cubanos han sido despojados de sus creaciones, cuantos han sido olvidados para ponderar a otros que de manera vil y ambiciosa se apropian de una parte fundamental de la cultura cubana, cuántos lo marginan, lo prejuician y discriminan porque en definitiva esto es música de negros, pero lo cierto es que el son, aunque lo quieran blanquear, occidentalizar, es música de afrocubanos, de gente humilde y de barrio, de gente que no estudió música pero son genios, de gente que le puso pulmón y sabrosura incluso cuando no tenían para comer. Aunque muchos no lo crean, más de una canción de su preferencia tiene son cubano y eso es un realidad que ningún falso profeta podrá ocultar.