El bongó es un instrumento cubano
El bongó es un instrumento de percusión membranófono conformado por un juego de dos tambores pequeños hechos de madera ligeramente cónicos, uno más pequeño que el otro, unidos por una pieza de madera atravesada por un tornillo.
De acuerdo a Fernando Ortiz: El bongó es un instrumento de la Cuba libre, no era conocido en tiempo de España, ni tañido en los cabildos de nación. Su origen se remonta a la zona oriental de Cuba donde, conjuntamente con el desarrollo del son, alcanzó su forma definitiva y mayor esplendor al llegar a La Habana a partir de 1905.
Se toca a mano limpia, para su ejecución los bongoseros de Cuba (tocadores del bongó) se colocan el instrumento entre las piernas y lo sujetan con ambas rodillas. Al tambor más grande se le llama hembra y macho al más pequeño. Aunque no es una regla fija, el bongosero coloca la hembra (de mayor tamaño) a su izquierda, mientras el macho queda a la derecha. Si el bongosero es zurdo se invierte. Los parches suelen ser de cuero de chivo (cabra) que al principio eran clavados y se tensaban con fuego, más tarde se utilizaron los aros metálicos con un sistema de llaves, logrando su tensión por medio de tornillos.
El bongó es un instrumento de sonido agudo, típico cubano cuyos sonidos se obtienen por medio del más amplio repertorio de toques y frotaciones del parche, obteniéndose un sonido que puede ir del grave al agudo.
En el bongó se da la repetición de un elemento expresivo de la música africana trasladada a un nuevo plano sonoro, el son. El son, la gran síntesis de la música popular cubana y el bongó la más valiosa evolución de los tambores gemelos, lograda por la música afrocubana.
El bongó es utilizado en casi todos los géneros de la música popular cubana y por obra de Amadeo Roldán ocupa un lugar bien importante en la música sinfónica de Cuba y del mundo.