Rafael Abreu Moré fue un oboísta y clarinetista de notoria sensibilidad artística. Un músico que desde la infancia encontró en los instrumentos de viento el cauce de su vocación. Su primer maestro fue su propio padre, quien le inculcó, a partir de los ocho años, la disciplina y el amor por la música. Ese aprendizaje temprano marcaría para siempre el rumbo de su vida.
A los 14 años ya mostraba con naturalidad el oficio de un profesional. En 1944 ingresó como músico en la Banda del Cuartel de Bomberos de Santa Clara, y solo un año después pasó a formar parte de la Banda Municipal de esa ciudad. El joven clarinetista destacaba por su sonido elegante y una capacidad interpretativa que llamaba la atención en cada presentación.
Su carrera tomó un giro importante en 1947, cuando ganó por oposición una plaza de clarinete en la Banda de Música de Camagüey. Poco después, en 1948, se trasladó a La Habana, donde alcanzó una plaza de mayor categoría en la Banda de Música de la Cabaña. Allí permaneció hasta 1959, combinando esta labor con su participación en diversas agrupaciones de música popular como el Quinteto Tomé, la Orquesta Centro de Cuba y la Orquesta del Circo Santos y Artigas, lo que enriqueció su versatilidad y dominio de diferentes estilos.
Tras este intenso período en la capital, trabajó entre 1959 y 1962 con la Orquesta Colosal de Placetas, y más tarde, con la oficialización de la Orquesta Sinfónica de Las Villas en 1962, se incorporó a ella como solista. Fue entonces cuando decidió ampliar sus horizontes musicales y se adentró en el estudio del oboe en la Escuela Nacional de Arte (ENA), bajo la guía de los profesores Onfre Cervera y Teodor Stale. Ese empeño se consolidó en 1978, cuando recibió el título de nivel medio en dicho instrumento.
Su carrera no solo estuvo marcada por la interpretación, sino también por la enseñanza. De 1967 a 1982 se desempeñó como profesor de oboe en la Escuela Vocacional de Arte Olga Alonso de Santa Clara, transmitiendo su experiencia y rigor a las nuevas generaciones. Desde 1980 ocupó la posición de oboe principal en la Banda Municipal de Santa Clara, reafirmando su lugar como figura indispensable dentro del panorama musical de la región.
A lo largo de su trayectoria, se distinguió por un talento inigualable y por una musicalidad refinada que supo trasladar tanto al escenario como al aula. Rafael Abreu Moré fue, sin duda, un músico que dedicó su vida a enriquecer el patrimonio sonoro cubano y a formar a quienes habrían de continuarlo.
