La habanera está presente en los más variados géneros de la música de Cuba
Grupos musicales intérpretes de habaneras y canciones
Dulce es la caña, pero más lo es tu voz, que la amargura, quita del corazón, y al contemplarte, suspira mi laúd, bendiciéndote hermosa sin par, porque Cuba eres tú. Fragmento de Tú del compositor Eduardo Sánchez de Fuentes
La habanera comienza a desarrollarse a partir del siglo XIX y está considerada un género vocal instrumental de origen urbano insertado en el contexto de la cancionística cubana. Se define como una línea melódica de carácter lírico romántico, con acompañamiento instrumental que ejecuta un patrón rítmico estable a manera de bajo.
La habanera conocida también como ritmo de habanera presenta elementos del tango congo o tango, de origen bantú que se mezcla con factores melódicos de procedencia hispánica, resultando el elemento de identificación y reconocimiento más importante del género. Puede ser instrumental, aunque lo habitual es que sea cantada y la tienen en su repertorio diferentes formaciones musicales, como grupos corales, bandas de música, tunas y rondallas.
El antiguo café de La lonja, situado a la entrada de la calle O´Reilly, junto a la Plaza de Armas y a un costado de la Capitanía General en La Habana, sería escenario en 1841 de este hecho trascendente en la música cubana. En sus salones por primera vez se cantó una contradanza con versos expresamente dichos al compás de la música. Era el inicio de lo que sería después este nuevo género cubano: la habanera, como se conocería más tarde.
El amor en el baile puede considerarse una de las primeras composiciones del género, considerada la primera pieza hallada escrita para voz y piano que en su acompañamiento rítmico presenta el esquema llamado tango, cuyo uso hasta ese momento estuvo reservado a la mayoría de las contradanzas del país denominadas danzas habaneras.
Estas danzas habaneras son fundamentalmente cantos románticos de amores y desamores, no obstante la Guerra de Independencia cubana a finales del siglo XIX le dieron un carácter patriótico y reivindicativo.
En 1860 el violinista José White compone La bella cubana y con el tiempo la habanera se impondría como género en Cuba y también en México, Argentina, Perú, Venezuela, Uruguay o España. En su desarrollo se acerca al patrón de las canciones románticas hasta culminar en la conocida habanera Tú que compusiera Eduardo Sánchez de Fuentes en 1894 y que es considerada la habanera por antonomasia, el segundo himno de Cuba. Esta composición trazó la pauta que luego siguieron otros representantes como Antonio Peñez, José Martín Varona, Luis Casas Romero, Rogelio Dihigo, Jorge Anckermann, José Castro Chané, Ernesto Lecuona o Gonzalo Roig y en su transición hacia lo popular trovadoresco compositores como Miguel Matamoros, María Teresa Vera, Marta Valdés, Augusto Blanca o Rodolfo de la Fuente.
La habanera junto a la guaracha, el bolero o la rumba se les considera géneros de ida y vuelta. En particular alcanzó gran desarrollo en la península ibérica, donde continúa siendo muy popular. El género es obligado para cualquier formación coral, habiendo incluso formaciones dedicadas al género de forma exclusiva. El tango argentino basa su métrica en el patrón de la habanera así como el pasodoble español, la canción napolitana, numerosas canciones mexicanas e incluso el ragtime de Norteamérica. Este patrón rítmico tiene la capacidad de entrar a formar parte de las más diversas culturas musicales con gran facilidad.