Adriano Rodríguez: el Pedro Vargas de Guanabacoa, tuvo la simpatía de sus paisanos por su inestimable voz de barítono. Heredó la vocación familiar para el arte sonoro y gracias al sexteto Carmen de su abuelo ejercitó desde muy niño.
Realizó estudios musicales en la Academia de Música de Guanabacoa, en el Conservatorio Municipal de La Habana y en el Seminario de Música Popular. Fue discípulo de Iris Burguet, a partir de 1939 integra el conjunto Rapsodia Negra, dirigido por Alberto Zayas, simultaneando con Raúl Díaz, Giraldo Rodríguez, Trinidad Torregrosa, entre otros.
En 1946 formó parte del elenco que Gonzalo Roig presentó junto a Rita Montaner, y juntos trabajaron en CMQ bajo la dirección de Enrique González Mántici. Fue fundador del Coro Polifónico Nacional (hoy Coro Nacional) y del grupo de Trovadores Cubanos. Participó como actor en los filmes Yamba-O, Árbol de fiebre, Cuba baila y Las doce sillas.
La versatilidad de Adriano Rodríguez le permitió, en más de siete décadas, interpretar la trova, el arte lírico y los cantos afrocubanos. Interpretar con el Coro Nacional y en el Teatro Lírico, grabar con Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, involucrarse con Edesio Alejandro.
Cantó, además, en dúos con sobresalientes solistas cubanos como Merceditas Valdés, Carlos Embale, Paulina Álvarez y Barbarito Diez. Tuvo la oportunidad de trabajar con Fernando Ortiz y Argeliers León ilustrando sus conferencias y también pudo compartir profesionalmente configuras como Jesús Pérez.
En la canción lírica trabajó acompañado de grandes pianistas como Odilio Urfé, Frank Emilio Flyn, Nelson Camacho y José Lauzán.
Jubilado en 1992, fue redescubierto por Edesio Alejandro, quien le incorporó a sus proyectos haciendo los cantos tradicionales tejidos dentro de obras creadas y arregladas por Edesio y con arreglos de pop, rock y otros estilos de la contemporaneidad.