Brindis de Salas, El Rey de las octavas, El paganini negro, El Dios de ébano del violín cubano, fue el mejor violinista del mundo en la segunda mitad del siglo XIX, considerado un prodigio en la música, destacado violinista afrocubano y el primero en actuar en un escenario ruso, en San Petersburgo en 1880.
Brindis de Salas integró la avanzadilla de músicos negros y mulatos cubanos (los contradancistas cubanos primeros), de sólida formación profesional, creadores y compositores de numerosas danzas y contradanzas junto a Manuel Saumell o Ulpiano Estrada.
Inició sus estudios musicales con su padre, el también músico, Claudio Brindis de Salas (su abuelo sería oficial de las milicias de pardos y morenos de La Habana), también estudiaría con José Redondo y con el belga José Van der Gutch. En 1863 se presenta ante el público habanero por primera vez, a los 11 años, en el Liceo de La Habana, junto a José Van der Gutch como pianista acompañante. En esta función también actuaría Ignacio Cervantes.
En 1864 realizaría una gira junto a su padre Claudio Brindis de Salas y su hermano José del Rosario Brindis de Salas, también violinista por la ciudades de Matanzas, Cárdenas, Santa Clara, Cienfuegos y Güines. En 1869 viajaría a México radicándose en Veracruz. Posteriormente se traslada a París donde realizaría estudios con Ernesto Camilo Sivori, Hubert Leonard y Charles Dancla. En 1871 obtendría el Primer Premio del Concurso del Conservatorio de París, título que también habían obtenido los cubanos José White en 1856, Rafael Díaz-Albertini Urioste e Ignacio Cervantes en 1866.
Realizaría posteriormente una gira por Europa que incluyó las ciudades de Florencia, Turín, Milán (se presentaría en la Scala de Milán), Berlín, Madrid, Londres o Viena. Esta gira estaría avalada por el entusiasmo del público y la crítica, se habló del extraordinario domino del auditorio de Brindis de Salas, el entusiasmo que provocaban sus interpretaciones, el temperamento de sus ejecuciones junto a su buen gusto, entonación y virtuosismo.
En 1875, de regreso a América, es nombrado director del Conservatorio de Haití. En 1878 ofreció un concierto en la Sociedad Filarmónica Cubana de Santiago de Cuba y volvería a Veracruz a brindar conciertos y recitales.
En 1880 viaja a Rusia y en 1881 actúa en San Petersburgo, en 1884 se traslada a Alemania y en 1886 regresa a La Habana. En Cuba se presentaría en los teatros Tacón o Gran Teatro Tacón, el Albisu, el Teatro Principal de La Habana o el Payret. También haría presentaciones por las islas del Caribe: Puerto Rico, Santo Domingo, Trinidad y Tobago o Jamaica.
El gobierno francés le otorgó la Orden de Caballero de la Legión de Honor, creada por Napoleón Bonaparte y una de las más prestigiosas órdenes europeas, también sería condecorado con la Orden del Águila Negra del imperio alemán, la más importante distinción reservada a la la nobleza prusiana y europea. Fue nombrado y considerado músico de cámara del emperador. Posteriormente contrae matrimonio con una baronesa alemana convirtiéndose en el Barón de Brindis y señor de Salas.
Brindis de Salas contrajo matrimonio en 1878 en Martinica, con la señorita Marguerite Rose Hortense Fouché, y tuvo como descendencia a Claude Joseph Virgile Brindis de Salas. Junto a la baronesa prusiana (alemana) tuvo tres hijos, todos violinistas de cámara del emperador. En Argentina se entiende que la escritora uruguaya Virginia Brindis de Salas (1908-1958) fue otra hija natural de Brindis.
Brindis de Salas murió en 1911 de tuberculosis y en la más absoluta pobreza. Cuentan de su vida atormentada y desordenada, que vendería por unos pocos pesos argentinos su valioso violín Stradivarius. Se dice fue víctima de su raza y su talento tomando en cuenta que la mayoría de los artistas negros que alcanzaban una fama como la de Brindis, representaban para los empresarios y el público de la época una diversión más.
Brindis de Salas fallecería a los 57 años en Buenos Aires. Sus restos fueron trasladados a La Habana, Cuba, con grandes honores, en 1930 por gestión de la República, sus cenizas fueron depositadas en una urna de bronce fundida en el Arsenal de la Guerra de Buenos Aires, por el escultor argentino Luis Perlotti y descansan actualmente en la Iglesia de San Francisco de Paula, ubicada en la calle Leonor Pérez y la Avenida del Puerto, en la Habana Vieja, a donde fueron trasladadas en el año 2000 por gestión de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y su gestor principal el historiador Eusebio Leal.
Es curioso como en reiteradas ocasiones se achaca a vidas atormentadas y desordenadas la muerte en general de negros y mestizos, como si de algo genético se tratara. Sin embargo no parece tan frecuente este destino fatal en personas de raza blanca, que si han muerto en la pobreza ha sido a través de engaños y argucias de otros, pero pocas veces han sido víctimas de sí mismos como se suele plantear en el caso de los individuos no blancos.
Será difícil conocer qué pasó en realidad pero tenemos firmes dudas de que un hombre preparado, proveniente de una familia con educación y trayectoria, de sólida formación profesional, con tanto mundo recorrido y habiéndose codeado con las personalidades de mayor rango de su época simplemente se haya dejado llevar por la vida desordenada. Lidiar con el racismo y los prejuicios también mata y en un ambiente donde prácticamente este hombre era único seguramente varios enemigos encontraría.
Obras
- El genio, contradanza.
- Congojas matrimoniales, opereta.
- La simpatizadora, danza / 1863.
- Melodía / 1854.
- Variaciones sobre un tema del maestro Rodolfo.
Familiares músicos
- Claudio Brindis de Salas, violinista, contrabajista.
- José del Rosario Brindis de Salas, violinista.
