Nené Enrizo fue un destacado cantautor, con solo ocho años de edad ya acompañaba a sus hermanos mayores Candita y Enrique. Su formación es autodidacta aunque recibió algunas nociones musicales de Antonio Rodríguez.
En la década del 20 fundó el Sexteto Enrizo integrado por Nené Enrizo, voz segunda, director, guitarra; Enrique Enrizo, voz prima; Rafael Hernández (El Pichi), voz tercera; Norberto Nicuda, contrabajo; Anselmo Rodríguez (Mulatón), tres; Amadito Valdés, clarinete; y Andrés Sotolongo, bongó. Este sexteto fue reconocido en su tiempo por ser el único sexteto en usar clarinete en lugar de trompeta.
También formó el trío Los Bohemios, con Pablo Quevedo y Manolo Soroa, así como el cuarteto Hatuey, con Miguelito García, Pablo Quevedo y Vitaliano Matas.
La experiencia de Nené Enrizo como trovador lo llevó a ser uno de los guitarristas acompañantes más buscados desde inicios de los años treinta.
Fue guitarrista acompañante de cantantes como Juana María Salví (tango), Joaquín García, Olga Cruces, Idalmis García, Dominica Verges, Ana María García, Eva Ortega, y de los dúos Hermanas Romay, Voces del Caney, Los Idaidos.
Según Vicente González-Rubiera (Guyún): Entre los guitarristas acompañantes de la trova cubana, Nené Enrizo fue el que más me convenció por lo fecundo que era en sus ideas armónicas y el movimiento que hacía en los bajos […]. Tocaba la guitarra de manera distinta a todo el resto de los trovadores que yo había escuhado, sus ideas era muy bien traídas, en una canción cualquiera que él acompañara, improvisaba, y en todo era muy bueno. Era un estilo completamente distinto al de los trovadores de Santiago de Cuba.
Obras
- A la loma de Belén.
- La bayamesa.
- Longina.
- Mujer perjura.